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Comer emocional: lo que necesitas saber.

Actualizado: 30 oct 2024




Por supuesto que todos tenemos la necesidad de alimentarnos para poder sustentar las funciones de nuestro cuerpo.  Pero, ¿qué sucede cuando la alimentación está basada en las emociones que experimentamos?.  ¿Qué tal si cuando nos sentimos abrumados, ansiosos, estresados y preocupados aumentamos los alimentos que ingerimos? y muy probablemente estos no son nutritivos.  Mucho se ha hablado respecto al comer emocional o la relación que mantenemos con nuestra alimentación. 

Mientras lees este artículo piensa en las siguientes preguntas: ¿cómo te sientes con lo que comes y cuándo comes?, ¿qué emociones experimentas cuando estás comiendo?, ¿es para ti el comer un escape, una manera de regular tus emociones o quizás un distractor de todos los problemas que puedas experimentar en tu vida?, ¿qué significado le das a la comida?. ¿es la comida la gasolina natural que necesitas para realizar las actividades diarias, o comes por placer?. Preguntas como estas y otras más pueden llevarte a hacer introspección respecto a la relación que tienes con tu alimentación. 

Cuando comemos en respuesta a las emociones, se llama comer emocional y todos lo hacemos en algún momento. Nuestros cuerpos necesitan comida para sobrevivir y hace sentido que cuando nos alimentamos nos sentimos bien.  Por lo tanto, las emociones relacionadas a bienestar, alegría y felicidad, entre otras, pueden ser experimentadas cuando nos estamos alimentando. 

Por otro lado, es importante recordar que de manera natural los seres humanos somos gregarios y en muchas ocasiones nuestro proceso de alimentación sucede como un acto social por el cual conectamos con otras personas. Sin embargo, cuando el comer emocional sucede con mucha frecuencia y no se tienen otras maneras para regular las emociones o estrategias de acoplamiento, se puede volver un problema.

Puede parecer que el comer ayuda a sobrellevar momentos difíciles, sin embargo esto no es cierto, ya que el comer no nos lleva hasta la solución de problemas, al análisis de estos o la regulación emocional, Por el contrario, puede comvertirse en un gran distractor y un mecanismo no saludable, tanto para la mente como para el cuerpo. 



¿Qué puede causar que personas coman en base a sus emociones?

Pueden ser muchos los detonantes que provocan el deseo de comer, como el estrés laboral, preocupaciones financieras, dificultades de la salud, en relaciones de pareja, familiares, de amistad y otras. Por otro lado, las razones internas, o sea procesos propios de cada persona, que pueden llevar a comer emocional pueden incluir: dificultad para tener un proceso de introspección, lo que significa que a la persona se le hace difícil tener un sentido de cómo se siente o que emociones está experimentando.  Por otro lado, la inhabilidad de comprender, procesar o describir las emociones, conocida como alexitimia, puede ser un factor que influye en el comer emocional.  La dificultad en manejar o regular las emociones, puede resultar en que una persona utilice el comer como mecanismo para sentirse mejor emocionalmente. El comer emocional con mucha frecuencia es una conducta que se da de manera automática, por lo que a más comida se utiliza como mecanismo de acoplamiento, más fuerte se vuelve.


Porque utilizar la comida como un mecanismo de acoplamiento

Hay muchas razones por las cuales el comer emocional se vuelve un mecanismo de acoplamiento para muchas personas. Aquellos que experimentan emociones difíciles que conducen a un sentido de vacío pueden ser más propensos a utilizar la comida para sentirse mejor.  El proceso de comer hace que se libere en nuestro cerebro el químico dopamina, el cual nos hace sentir bien.  Por lo tanto, se crea una asociación entre un estado de bienestar y el comer.  Esta conexión y una dificultad de regulación o de comprender nuestras emociones, puede hacernos creer que en efecto el comer es la solución para sentirnos mejor, sin embargo se puede volver un cíclo difícil de cambiar debido a la recompensa inmediata que se obtiene posterior a comer.


Diferencia entre el hambre física y el hambre emocional

El hambre física se caracteriza porque se desarrolla lentamente a través del tiempo.  Cuándo se procede a la alimentación, la sensación de estar lleno o satisfecho es una señal para dejar de comer.  El hambre física también está relacionado a la última vez que comiste. 

Por otro lado el hambre emocional llega de manera repentina, no sé hace notar el estar lleno o satisfecho y no previene los deseos de dejar de comer.  El comer emocional se activa por la necesidad de calmar o suavizar alguna emoción difícil.


Cómo saber que te alimentas por emoción

Las personas que experimentan el comer emocional pueden sentir una pérdida de control alrededor de alimentos, una urgencia de comer cuando sienten emociones fuertes. También pueden sentir impulsos de comer aun cuando físicamente no tengan hambre y gustan de comidas que los calmen o sean recompensas para ellos.  Aunque el comer emocional y el comer físico pudieran ser confundidos, las claves más distintivas son la urgencia y la asociación con las emociones.


Cómo detener el comer emocional

Aunque hacer un cambio de hábitos puede ser difícil, sí es posible encontrar un proceso de acoplamiento que resulte en la disminución o eliminación del comer emocional. Las siguientes alternativas son viables para que las puedas tomar en consideración.

  1. Utiliza un diario emocional De manera que puedas comprender mejor tus hábitos y las emociones asociadas, trata de mantener un récord de las veces que comistes bajo emoción y no tenías hambre física.  Fíjate en qué estaba sucediendo, cómo te estabas sintiendo y qué emociones estabas experimentando cuando sentiste la urgencia de comer.  También puedes incluir que hiciste cuando sentiste la urgencia, si comiste inmediatamente, si esperaste algunos minutos o si utilizaste algún mecanismo para distraerte. Es muy importante que en el proceso de monitorearte no te juzques, más bien que pedas ser comprensivo y genuinamente curioso para comprender tu proceso. 

  2. Encuentra otras maneras de acoplamiento Una vez que obtengas suficiente información sobre tus emociones, la situación y los pensamientos que te puedan llevar al comer emocional, entonces puedes comenzar a hacer cambios.  Por ejemplo, sí concluyes que comes emocionalmente cuando tienes mucho estrés, pues entonces es el estrés el que tienes que atender.  Puedes optar por otras maneras de manejar tu estrés más allá de recurrir a la comida inmediata.  Si notas qué comes cuando estás aburrido, entonces puedes optar por otras actividades que puedan llenar tu tiempo, antes de recurrir a la comida.  Es importante que puedas experimentar con varias opciones hasta que encuentres una sustitución adecuada al comer emocional.

  3. Mueve tu cuerpo La actividad física es muy poderosa en el manejo del estrés y la ansiedad, ya que logra una armonía de las hormonas en tu cuerpo. Puedes tomar en consideración alguna rutina de ejercicios que te ayude a canalizar esos detonantes que te llevan a comer. Quizás no estás activo físicamente al momento o quizás no tienes una rutina establecida de ejercicios, por lo tanto es importante que comiences con algo sencillo, como alguna caminata o ejercicios de estiramiento.  Una vez los hagas es importante que puedas observar los cambios respecto a la urgencia de comer y también las sensaciones y emociones que se desarrollan en tu cuerpo. 

  4. Intenta la atención plena o "mindfulness" La atención plena o el "mindfulness" tiene muchos beneficios para la salud mental, ya que se ha comprobado que es muy poderosa en el manejo de la ansiedad y la depresión y también en la reducción del comer emocional.  La atención plena es la práctica de prestar atención al momento presente y preciso en el que te encuentras. Algunas prácticas de "mindfulness" o atención plena que puedes llevar a cabo son las siguientes: siéntate callado y enfocado en tu respiración, también puedes enfocarte en algún sonido agradable o en lo que te rodea en ese preciso momento. También puedes enfocarte en qué áreas de tu cuerpo sientes tensas y conscientemente buscar relajarlas.  Finalmente puedes utilizar tus sentidos sensoriales para enfocarte en aquellas cosas que puedas ver, tocar, oler y escuchar.

  5. Come suficiente Sabemos que el comer emocional y el comer físico son dos cosas muy diferentes, por lo que comer suficiente de manera adecuada es muy importante para romper el hábito.  Es de mucha importancia ingerir variedad de alimentos en cada comida y experimentar con aquellos que te hacen sentir más satisgecho.  Si experimentas que con frecuencia te quedas con hambre física durante el día puedes considerar el añadir más proteína, ya que ésta da una mayor sensación de estar lleno.

  6. Presta atención a tu apetito Si por mucho tiempo has estado cambiando de dietas puede que sea difícil el conectar con la sensación de hambre y de llenura, por lo tanto tomará tiempo de práctica para notar la diferencia.  En el caso del hambre físico podrás notar que tu estómago hace ruidos, que te sientes un poco mareado o liviano, que el nivel de energía puede bajar, sientes dificultad de enfoque, puede cambiar el estado de ánimo y aumenta el pensamiento sobre la comida. 

  7. Busca ayuda En aquellos momentos en los cuales te sientas solo, triste, ansioso o con cualquier otra emoción que sea difícil manejar, ten siempre algún amigo o familiar al que puedas contactar que pueda ayudarte a sentirte mejor.  También puedes considerar unirte a grupos de apoyo, buscar ayuda de profesionales como psicólogos, consejeros y dietistas o nutricionistas con experiencia en trastornos de alimentación o comer emocional. 

Recuerda que este es un proceso que puede tomar tiempo en lograr los cambios de hábitos, ya que éstos probablemente no se crearon de la noche a la mañana y quizás llevabas tiempo utilizando estos mecanismos para sentirte mejor.  El comer emocional le sucede a muchas personas y existen soluciones prácticas y duraderas para que puedas sentirte mejor. 



Tang Q, et al. (2022). Dopamine systems and biological rhythms: Let’s get a move on. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9364481/



Gödde JU, et al. (2022). Intuitive eating and its association with psychosocial health in adults: A cross-sectional study in a representative Canadian sample.


Martín-Pérez C, et al. (2018). Hypothalamic networks in adolescents with excess weight: Stress-related connectivity and associations with emotional eating.



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