Ser consciente del autocuidado

Brenda Ramos
12 ene
3 Min. de lectura

¿Qué es ser consciente?

Ser consciente implica un proceso o un estado mental en el que se presta atención y se centra deliberadamente en lo que se está experimentando. Estas experiencias incluyen pensamientos y sentimientos internos, junto con los estímulos externos del entorno. En la atención plena, la atención a los acontecimientos y las experiencias se produce sin ningún prejuicio o juicio. Una persona consciente no intenta teorizar ni explicar sus experiencias. En otras palabras, se centra en la conciencia y la comprensión, en lugar de en la explicación y la justificación. Ser consciente es estar completamente presente en el momento actual.

¿Las personas nacen con una naturaleza consciente? Algunas pueden serlo, pero la atención plena es una habilidad que se puede adoptar, adquirir y perfeccionar. Para ello, necesitamos un componente clave: ¡la práctica!

¿Cómo ayuda la atención plena al autocuidado?

El uso de la atención plena para la salud y el bienestar se remonta a diferentes culturas y rituales de la historia. Se observa en forma de Vipassana en yoga y se conoce como Sati en Pali dentro del budismo. También se ha utilizado en entornos clínicos desde la década de 1970, con múltiples estudios realizados sobre su impacto positivo en la salud mental.

Las actividades basadas en la atención plena tienen un impacto comprobado en varios aspectos del bienestar. Algunos estudios muestran que la atención plena ayuda a reducir el estrés, a aumentar la calidad de la comunicación, a aumentar la empatía y a mejorar la concentración y la memoria. En esencia, la atención plena favorece activamente nuestro bienestar emocional, mental y espiritual. El impacto de las prácticas de atención plena constantes y determinadas se observa en varios aspectos de la vida, desde nuestro ámbito profesional hasta las relaciones sociales e incluso nuestra propia imagen.

¿Cómo se puede practicar la atención plena?

La atención plena suele estar relacionada con la meditación, ¡y con razón! Una de las mejores prácticas para inculcar la atención plena en nuestra vida diaria es la meditación. Sin embargo, la atención plena va más allá de la meditación. Puede filtrarse en todos los aspectos de nuestro cuidado personal y bienestar a medida que avanzamos en nuestro viaje hacia la atención plena.

Meditación

Normalmente pensamos en la meditación como una persona sentada con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, respirando lentamente o cantando. Sin embargo, la meditación es mucho más que estar sentado erguido durante un tiempo considerable. Existen múltiples definiciones científicas que intentan describir lo que implica la meditación. Si bien estas definiciones objetivas pretenden cubrir todos los aspectos de la meditación, es intrínsecamente una experiencia subjetiva. Lo que puede ser meditativo para uno de nosotros no tiene por qué serlo para otro individuo. Encontrar nuestro camino de meditación en la vida que nos lleve a la atención plena es algo único para cada uno de nosotros.

Teniendo esto en mente, permítanos ahora enumerar algunos tipos populares de meditación:

Meditación clásica: esta forma tradicional implica concentrarse en la respiración y la postura. La persona continúa observando sus pensamientos sin juzgarlos mientras lo hace.
Escaneo corporal: este tipo de meditación está dirigida a sincronizar la mente y el cuerpo juntos, enfocándose secuencialmente en cada parte del cuerpo y comprendiendo la sensación en el momento: tensión, malestar, sensaciones, etc.
Guiada: Aquí, se escucha y se siguen las instrucciones de un experto en meditación de confianza. Las sesiones pueden ser espirituales y reflexivas, a través de la visualización o utilizando un tema específico de la vida de cada uno.
Visualización: La persona concentra y canaliza sus pensamientos en la creación de una imagen de un objeto o un lugar tranquilo en su mente utilizando imágenes detalladas.
La atención plena utiliza los sentidos: en este tipo de meditación, la persona utiliza cada sentido al máximo. Se concentra por completo en comprender los ingredientes de lo que está comiendo, los sonidos y olores de su entorno y las distintas superficies táctiles que lo rodean. Visualmente, puede prestar atención a una gran cantidad de elementos de su entorno. Se puede utilizar este ejercicio durante breves descansos de nuestra rutina. Este método también es conocido por ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
Pausa y descanso: esta es una forma activa de meditación. Las personas toman microdescansos y hacen una pausa en lo que están haciendo para estar presentes en el momento. Se concentran en darse cuenta de su estado mental actual. Después de esto, regresan a su rutina.

Ahora que ya entiendes el uso del mindfulness y las diferentes técnicas de meditación para practicarlo, ¡el siguiente paso sería empezar a practicarlo! Puedes elegir tus modos de ser consciente, ya sea a través de sesiones de meditación guiada o simplemente notando los sabores y el aroma de lo que comes. Ve a tu propio ritmo y cuida tu cuerpo, mente y alma. Si necesitas ayuda o tienes dudas, no dudes en contactar con un profesional que pueda guiarte más.